Abril 11 de 2020

Después de obtener un resultado negativo de 1,3% en el PIB del año pasado, el negocio constructor inició el 2020 con la mirada puesta en una recuperación que, según Camacol –entidad gremial del sector–, ayudará al rubro a superar ese periodo de inflexión y los daños producidos en su cadena de valor. No obstante, los expertos ya apuntan a que se dará un freno en las ventas del sector por el coronavirus, al menos en algunos meses, lo que podría dificultar el avance previsto.

Según la agremiación, la caída del año pasado se explica por la coyuntura económica del país, la desconfianza provocada por la incertidumbre y las condiciones tributarias actuales. A pesar de ello, este 2020 se perfila como ‘el año de la recuperación’.

La primera prueba es que el sector presentó el mejor enero en ventas de la última década. Las unidades de vivienda que se comercializaron fueron 191.788, lo que se tradujo en un crecimiento del 6,5% con relación al año pasado, el cual, sumado a las operaciones de Vivienda de Interés Social (VIS), se convierten en los factores que más jalonaron los activos de la construcción. En el segmento de las VIS, las cifras obtenidas en el primer mes permiten evidenciar que seguirá siendo parte primordial de la dinámica. En enero hubo 123.956 unidades vendidas, lo que confirma una buena demanda por parte de los colombianos.

Cerrar con 183.900 viviendas vendidas son las proyecciones al término de este 2020, lo que significará, de llegar a cumplirse, un aumento de 2,7% respecto a las cifras del año anterior. Estos resultados avizoran un panorama que, poco a poco, mejora conforme a la demanda; sin embargo, la reactivación del sector debe hacerse pensando en ejecutar medidas que permitan un mejor desempeño.

“Si a esto le sumamos los esfuerzos en materia de política de vivienda social, podremos suponer que existirá un terreno positivo para mejorar gradualmente el desempeño de la economía y el sector”, agrega Camacol.

Dentro de los retos a superar para lograr dicha mejora, se tienen muy en cuenta varios aspectos. En primer lugar, la gestión de suelo urbanizable es crucial, puesto que los proyectos no dependen exclusivamente de las condiciones de demanda de vivienda o establecimientos comerciales, sino que también se supeditan a la disponibilidad para el desarrollo urbano y la planificación territorial.

En este sentido, los factores inherentes al desarrollo humano, sumados a las actuaciones administrativas, los fallos judiciales y la disposición regulatoria en materia técnica y ambiental, son eslabones fundamentales al momento de analizar la expansión y el crecimiento de las ventas, señala el gremio.

LEYES CLARAS 

Pero no solamente los temas técnicos influirán en la construcción este año. El clima de inversión es otro ítem que permitirá avistar una mejora. La promoción de proyectos y la oferta formal, que obedecen prioritariamente a la seguridad jurídica, son claves para estimular inyecciones de capital.

Para el 2020 es vital que Colombia, en cada una de sus administraciones locales, se proponga metas claras. De lo contrario, los esfuerzos provenientes del Gobierno no serán suficientes en aspectos que se relacionan, por ejemplo, con el déficit de vivienda.

En términos de gestión de territorio, es claro que el país enfrenta un gran reto debido a nuevas condiciones políticas y sociodemográficas por el crecimiento de la población. Por esta razón, es importante que la labor se desarrolle teniendo en cuenta normas, servicios públicos y licencias, con el fin de satisfacer la demanda, que se espera sea creciente una vez se venza al coronavirus.

Otra amenaza tangible son las decisiones administrativas que pongan en riesgo las licencias urbanísticas y la adopción de planes parciales. Según cifras de Camacol, “hoy existen más de 40 trámites y procedimientos en el sector que generan ineficiencias por $2,4 billones al año, con una larga lista de regulaciones que cambian drásticamente de ciudad en ciudad, haciendo muy difícil la labor del tejido empresarial”.

Por su parte, Daniel Vásquez Franco, presidente de Fedelonjas, espera una continuidad de la recuperación evidenciada, según él, en el último trimestre del 2019. Al referirse a las viviendas nuevas y usadas, el directivo señala que existen condiciones favorables para su adquisición y financiación, y para que esto se logre debe haber también un aumento en los ingresos de recursos de los hogares.

“La estabilidad de los programas del Gobierno para otorgar subsidios de vivienda y el alto grado de demanda por parte de los hogares colombianos que cumplen con las condiciones socioeconómicas para acceder a ellos, entre otras razones, nos llevan a considerar que el mejor desempeño continuará siendo el de las VIS”, agrega.

La federación también puntualiza que para el correcto desarrollo del segmento de vivienda e inmobiliario colombiano, es importante que se adapten medidas eficaces y eficientes en la generación de suelos y mejoramiento de movilidad, lo mismo que el establecimiento de una carga impositiva justa y equitativa para los propietarios.

Con relación al sector retail, que también tuvo una baja en la curva de la demanda, se esperan tres tendencias principales para este 2020. En primer lugar, se aguarda que el modelo de propiedad horizontal se reduzca para dar paso al de propiedad única, gracias a las rentabilidades que ella puede tener.

De otro lado, la construcción de centros comerciales con mayor área arrendable será una tendencia en las ciudades del país, sumada a la de uso mixto. En el mercado de oficinas, según la inmobiliaria JLL, se prevé una reducción en la entrega de proyectos de ahora al 2022 y que, por lo tanto, se empiecen a demandar espacios de menores especificaciones.

Esa baja en nuevas áreas puede llegar a ser de hasta 78%, lo que a su vez se traducirá en un incremento de precios por cada metro cuadrado. En cuanto al segmento logístico-industrial, el potencial de renovación urbana en Bogotá está impulsando la construcción de bodegas con los mayores estándares de calidad.

Además, la presión inmobiliaria por alcanzar mayor densidad en desarrollos de viviendas y de usos mixtos impulsará la relocalización de actividades logísticas e industriales. Este cambio representaría para las empresas mayores estándares técnicos y de eficiencia operacional al trasladar su operación. Finalmente, otros de los retos que también afronta el sector es estar de frente a la renovación digital, sumar mano de obra calificada teniendo en cuenta una buena ecuación de la productividad a través de nuevas fuentes inversión y la modernización empresarial.

Creditos a : https://www.portafolio.co/economia/infraestructura/el-ano-de-la-recuperacion-de-la-construccion-539747

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